Al leer con atención las novelas de Jane Austen encontramos algunos pasajes y situaciones que guardan una semejanza llamativa con algún momento de su vida. Es posible que en muchos casos no se trate de algo que responda a la voluntariedad de la autora, sino un recurso inconsciente de Austen, que vierte en sus trabajos su propia experiencia.
En los siguientes párrafos, ofreceremos un amplio elenco de ejemplos en los que hallamos este paralelismo, y explicaremos el contexto u ofreceremos citas que justifiquen nuestra opinión.
La vida de Jane Austen transcurrió casi siempre en el ámbito familiar, por lo que no es extraño que se inspirase en acontecimientos ocurridos en ese entorno para escribir sus novelas. Veamos algunos casos concretos.
En el primero participó Thomas Knight, que, junto a su esposa, visitó a la familia de su primo, el Reverendo George Austen –padre de la escritora-. El matrimonio quedó tan gratamente sorprendido con Edward, que entonces tenía unos doce años, que el muchacho les acompañó en las siguientes etapas de su viaje. Al no tener descendencia, los Knight se ofrecieron a adoptar a Edward y procurarle todas las ventajas de su buena posición. Los Austen aceptaron y el joven abandonó el hogar familiar para vivir con sus nuevos protectores. Con el tiempo, Edward adquirió el apellido de los Knight y muchas de sus posesiones. Disfrutó de una buena situación, y pudo ayudar a su madre y hermanas a la muerte de su padre.
Aunque esta adopción supuso grandes ventajas para el muchacho y fue aceptada por su familia, no es descabellado imaginar que la separación debió de resultar dolorosa para todos los afectados. ¿Cuáles fueron los sentimientos de Jane Austen ante este hecho? No se conservan testimonios escritos de esa época, pero podemos escuchar la opinión de Mrs. John Knightley, la hermana de Emma, al hablar de Frank Churchill, que vivió una situación similar.
“I have no doubt of his being a most amiable young man. But how sad it is that he should not live at home with his father! There is something so shocking in a child”s being taken away from his parents and natural home! I never could comprehend how Mr. Weston could part with him. To give up one”s child! I really never could think well of any body who proposed such a thing to any body else.” (E: 86)
¿Es esta la opinión de Jane Austen? Tendríamos que preguntárselo a ella para poder asegurarlo, pero no deja de ser un punto de vista muy definido sobre un hecho semejante. La adopción de Edward tuvo lugar en 1783, cuando Jane tenía ocho años. Así que, aunque todavía muy joven, fue plenamente consciente de lo ocurrido y no hay duda de que fue una experiencia que no olvidó.
Jane Austen mantuvo una relación muy afectuosa con sus hermanos a lo largo de su vida. Aunque se llevara muy bien con todos, adivinamos una especial predilección por Cassandra, que por ser la otra chica se convirtió en su confidente, cómplice y objeto de su extensa correspondencia. Y también se puede detectar una relación especialmente fluida con su hermano Henry, de carácter abierto y divertido, y que fue uno de sus grandes valedores a la hora de publicar sus novelas.
No sabemos si es casualidad o no el hecho de que el nombre de Henry aparezca en varias obras de Austen (Henry Tilney, Henry Crawford). Se trata de un nombre muy común en aquella época, pero que para ella adquirió un significado especial al vincularlo a la forma de ser de su hermano, como se puede ver en el siguiente extracto de una de sus cartas.
«Henry at White’s! Oh, what a Henry! I do not know what to wish as to Miss B., so I will hold my tongue and my wishes.» (Letters: 276)
“What a Henry!”. Una expresión cargada de sentido y afecto, de la que nos parece escuchar un eco en Northanger Abbey, cuando la afligida Catherine Morland le dice a Henry Tilney que, si John Thorpe le hubiera hecho caso y hubiera detenido el coche, ella habría saltado para ir a pasear con él.
Is there a Henry in the world who could be insensible to such a declaration? Henry Tilney at least was not. (NA: 58)
Aunque tanto Jane como Cassandra pasaron algunas épocas en internados, primero en Southampton y después en Reading, se trató de periodos muy breves que no les dejaron demasiada huella. La mayor parte de su educación la recibieron en el hogar y, especialmente, a través de la lectura. El Reverendo George Austen poseía una biblioteca muy amplia, para lo que era común entonces, y sus hijas tenían acceso total a sus volúmenes. Además, sabemos también que, como era habitual, recibieron clases de piano y practicaron durante toda su vida.
Cuando Lady Catherine de Bourgh interroga a Elizabeth Bennet sobre su educación y los medios que se emplearon en ella, Lizzy responde del mismo modo que hubiera podido hacerlo la misma Austen.
“Then, who taught you? who attended to you? Without a governess, you must have been neglected.”
“Compared with some families, I believe we were; but such of us as wished to learn never wanted the means. We were always encouraged to read, and had all the masters that were necessary. Those who chose to be idle, certainly might.” (P&P: 145)
Ya hemos hablado de Edward, Henry y Cassandra, pero no del resto de los hermanos. James, el primogénito, fue clérigo –al igual que más tarde Henry, que antes había desempañado otros oficios-. George, el segundo, nació con una enfermedad psíquica y no vivió en el hogar familiar, sino con un matrimonio que se encargó de sus cuidados. Y quedan Frank y Charles, que fueron marinos. La profesión de estos dos hermanos tuvo una incidencia clara en las obras que estamos estudiando.
The other important thing to say is that the sailor brothers were the members of the family who contributed most, directly and indirectly, to the novels. Their lives and experiences provided Jane Austen with the basis for her naval characters and the sailor brothers played an important part in the writing of Mansfield Park and Persuasion, the two naval novels. (…) James Edward Austen-Leigh (…) noted her “partiality for the Navy” and “the readiness and accuracy with which she wrote about it”. We have much to thank the sailor brothers for. (Southam: 34)
A continuación ofrecemos una cita de Persuasion en la que se transmite una visión muy positiva de la marina
Louisa, by whom she found herself walking, burst forth into raptures of admiration and delight on the character of the navy; their friendliness, their brotherliness, their openness, their uprightness; protesting that she was convinced of sailors having more worth and warmth than any other set of men in England; that they only knew how to live, and they only deserved to be respected and loved. (P: 145)
Ciertamente, se puede apreciar esta “parcialidad por la marina” a la que se refería su sobrino más arriba y que parece fundada, al menos en parte, en su cariño fraternal.
Con el paso del tiempo, el círculo familiar se fue ampliando y, además de su madre y hermanos, incluyó a un buen grupo de sobrinos. En sus cartas, apreciamos un tono muy afectuoso al hablar de ellos, y se conservan testimonios que atestiguan que Jane era la favorita de los más pequeños. Y no solo con los niños de la familia, sino también con algunos ajenos a ese ámbito. En el siguiente extracto de una de sus cartas, escuchamos a la autora hablar sobre la visita de una pequeña, su comportamiento y las reflexiones que esto le inspira.
The morning was so wet that I was afraid we should not be able to see our little visitor, but Frank, who alone could go to church, called for her after service, and she is now talking away at my side and examining the treasures of my writing-desk drawers – very happy, I believe. Not at all shy, of course. Her name is Catherine, and her sister”s Caroline. She is something like her brother, and as short for her age, but not so well-looking. (…)
Our little visitor has just left us, and left us highly pleased with her; she is a nice, natural, open-hearted, affectionate girl, with all the ready civility which one sees in the best children in the present day; so unlike anything that I was myself at her age, that I am often all astonishment and shame. (Letters: 125)
Aunque la misma Austen afirmará que los personajes infantiles tienen poco interés, y por eso las apariciones en sus obras son tan escasas, las contadas veces en las que se les muestra son muy acertadas –a la vez que irónicas al hablar de la actitud de los mayores con ellos.
On the stairs were a troop of little boys and girls, whose eagerness for their cousin”s appearance would not allow them to wait in the drawing-room, and whose shyness, as they had not seen her for a twelvemonth, prevented their coming lower. (P&P: 134)
Seguimos dentro del entorno familiar y, concretamente, hablaremos ahora de una afición que unió a los hermanos en más de una ocasión, el teatro…
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Por Miguel Ángel Jordán